sábado, 20 de diciembre de 2014

Somos artistas

Además de tener buenas ideas, expresamos nuestra creatividad mientras trabajamos en equipo. Así, colaborando todos juntos, logramos hacer muchas cosas y de forma muy divertida, vamos aprendiendo. 

Dibujar, escribir, leer, contar, pintar, construir, ¿cuál actividad te gusta más?







viernes, 19 de diciembre de 2014

Somos cocineros




Nuestra receta especial:

Sorpresa de Navidad

Ingredientes:

·         200 g de leche condensada (medio bote)
·         250 g de leche en polvo
·         colacao, coco rallado o galletas María trituradas

En un recipiente hondo, echar la leche en polvo y mezclar con la leche condensada hasta formar una pasta. 
No se necesita cocinar. Hacer bolitas y envolverlas en el colacao, coco rallado o galletas María trituradas, según el gusto. 

¡Qué aprovechen¡¡ y ¡¡Felices Fiestas!!




martes, 16 de diciembre de 2014

Somos creativos

Tenemos muy buenas ideas para crear muchas cosas bonitas e interesantes.
Para las Navidades, Imad ha inventado este árbol muy chulo con materiales muy sencillos. Al final hemos añadido dos estrellitas hechas con dos triángulos pegados.


Para hacerlo es solo seguir los pasos registrados en las fotos.

Estos son los materiales necesarios
1. Se pegan las pajitas cortadas en la cinta adhesiva



2. Se reviste el vasito y se pegan otras pajitas por el centro.

 


miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cuento: La estrellita que se cayó del cielo





                  En un pueblo escondido en lo alto de una montaña, vivía un niño llamado Gabriel a quien le gustaban mucho las estrellas del cielo. Gabriel se perdía en las horas, mirando las estrellitas que le parecían pequeñas luciérnagas a lo lejos, brillando, parpadeando y haciendo guiños desde la oscuridad.
            Una noche, después de estar espiando las estrellas, Gabriel se fue a la cama. De pronto escuchó un ruido, al otro lado de su ventana que daba para los huertos del pueblo. Rápido como un rayo Gabriel saltó de su cama dirigiéndose a la ventana para ver quién era el dueño de ese ruido. Se asomó sigiloso como un gatito esperando que fuese una liebre buscando comida.
Con lo que vio se quedó boquiabierto, pasmado: ¡en el medio del huerto había una hermosa estrella! Gabriel no podía creer lo que estaba sucediendo. Se vistió muy rápido, se salió por la ventana para no despertar a nadie y se fue corriendo a ayudar a la estrellita.
- ¿Estás bien, estrellita? ¿Te has hecho daño? ¿Qué te ha pasado?
Un poco atontada por la caída, la estrellita le contestó:
- ¡Ay! ¡Uy! No sé qué pasó... ¡Ah! Empiezo a recordar. Yo estaba paseando con mis hermanitas, cuando de repente una de aquellas chatarras que mandáis al cielo me pegó. Entonces me desequilibré y caí al vacio.
- Querrás decir un cohete, ¿no?
- ¡No, no era un cohete! ¡¡ Era basura pura y dura!! ¡Y tan dura que era...! ¡Uy mi cabeza! ¡¡¡Y casi pierdo mi cola!!!
- Me llamo Gabriel. ¿Y tú cómo te llamas, estrellita?
- Me llamo Plink y vengo de la galaxia Dling-Dlong.
Gabriel estaba encantado de ver a la estrellita. Ella era muy brillante y amarilla; tenía una cola un poco arrugada por la caída pero que se la veía muy larga y resplandeciente. En seguida empezó a hacer montones de preguntas a la estrellita porque no aguantaba la curiosidad:
-Pero, dime estrellita, ¿siempre estáis paseando por el cielo? ¿Y no teméis la oscuridad? ¿Y adónde vais cuando el sol se levanta? ¿Y cómo se ve la tierra desde el cielo?
- Ah, Gabriel, la Tierra se ve muy bonita y azul. Pero no me gusta cuando hay unas nubes negras y feas que vienen de las fábricas y los coches...Me dan miedo...Mi mamá me dijo que a veces también quemáis los árboles y por eso todo se vuelve gris... ¡Y a nosotras nos escuecen los ojos con tanto humo! Oye, Gabriel, me gustaría seguir hablando contigo mucho tiempo pero no puedo, tengo que intentar volver a mi sitio en el cielo. Si no vuelvo antes del amanecer ¡nunca más podré encontrarme con mi familia!... La estrellita casi llorando miraba al cielo buscando su hogar.
- No te preocupes Plink, que encontraremos una forma para que vuelvas con tu familia... Voy a llamar a mis amigos de MARE para que nos ayuden: Dani, Juan, Alex, Juan Antonio, David, Aroa, Luisa, José e Imad.
Todos vinieron rápido porque les gustaba mucho correr. Les encantó conocer a la estrellita Plink. Los niños y niñas se pusieron a pensar mucho. Al cabo de un rato Dani tuvo una idea:
- ¿Y si hiciéramos un tirador gigante? ¡Podrías sujetarte a la goma y lanzarte!
- No, Dani, no sería posible porque dónde vivo está muy lejos y me caería antes de llegar allá.
- ¿Y si te lanzara atada a uno de esos fuegos artificiales? preguntó Juan.
- Tampoco, Juan, porque el cohete explotaría partiéndome en pedazos...
            Los niños y niñas tenían sueño y estaban cansados pero debían ayudar a la estrellita. El tiempo se iba deprisa y no lograban encontrar un medio para que Plink volviera a su casa. La estrellita empezaba a sollozar desolada.
De pronto José tuvo una gran idea:
- ¡Ya lo tengo! ¡Podríamos atarte a la cometa que hicimos este verano! Subiremos a lo alto del peñón que hay detrás de la iglesia. Desde ese lugar siempre sopla mucho viento que te ayudará a subir bien alto y rápido.
Y así se hizo. La cometa era muy bonita, de colores verde y amarillo. Ahora tenía que probar ser también muy resistente...
Luisa, Aroa, Alex e Imad ataron a la estrellita a la cometa con cuidado y haciendo unos buenos nudos a la cuerda que la sujetaba.
- ¿Estás bien sujeta Plink? ¿La cuerda no te hace daño?- le preguntaron.
- Estoy muy bien. Sin embargo, ¿no echaréis de menos este juguete tan bonito? Sabéis que ya no podré devolvérosla...
- No te preocupes, estrellita,- dijeron Juan Antonio y David, haciéndole un cariño a la cola. Sabemos construir cometas y podremos hacer muchas más. Lo importante es que vuelvas cuanto antes porque tu familia te echará de menos.
- Muchas gracias por todo. Nunca olvidaré lo que habéis hecho por mí. Y como prueba de mi gratitud parpadearé siempre que miréis para mí. Seré vuestra guía durante toda la vida, por las noches oscuras, y un día volveremos a encontrarnos.
- Gracias por las cosas que nos enseñaste, Plink. Intentaremos no olvidar que la belleza de la Tierra y también del cielo depende de nosotros.- le dijo Imad.
- Esperamos que tengas un buen viaje. ¡Ya verás como todo saldrá bien! ¡Adiós! - le dijeron todos los niños y niñas.
- ¡Adiós Gabriel! ¡Adiós queridos amigos y amigas!
Gabriel empezó a liberar la cometa aprovechando el viento que soplaba. Los niños y niñas cruzaron los dedos para desearle suerte a la estrellita. A los pocos ella fue subiendo serpenteando para un lado y otro. A veces descendía un poco cuando amainaba el viento.
El cielo empezaba a clarear con los primeros rayos de sol que surgían en el horizonte. Todos se tumbaron sobre la roca para ver la estrellita subir. La cometa subía y subía con la estrellita brillante, hasta que sólo se pudo ver un pequeño puntito en el cielo.
 Todos volvieron cansados para sus casas y durmieron contentos. Aquella mañana saltaron rápido de la cama para contarles a sus compañeros del cole lo que les había pasado.
Ahora, todas las noches oscuras cuando la luna no aparece y el cielo está repleto de estrellas, los niños y niñas se ponen a la ventana para ver a la estrellita amarilla.
Plink siempre parpadea cuando desde muy lejos ve que le sonríen desde la ventana.

(Escrito por Jacqueline Graff Munaro, mamá de Gabriel y profesora de MARE)